La familia es una estructura social cuyo objetivo es lograr que cada uno de sus miembros adquiera las habilidades emocionales para enfrentar una serie de tareas y situaciones que se presentan en cada etapa del desarrollo por la que pasan sus integrantes.
La formación de la familia pasa por diferentes momentos, al comienzo son dos personas que se unen con expectativas propias y sobre el otro, con el compromiso de iniciar un matrimonio. Esta nueva etapa como pareja debe afrontar ciertas tareas para adaptarse y ajustarse a las diferentes rutinas que ahora comparten, la pareja experimenta una serie de transiciones, en donde cada uno a su estilo estimula y controla la conducta del otro, llevándolos a una trama de demandas mutuas en donde la autorregulación y empatía deben prevalecer. La familia de origen entra a un punto de negociación entre sus miembros para generar nuevas pautas de comunicación, ya que las responsabilidades de los nuevos esposos tienen como base su compromiso de matrimonio.
En este momento, en donde se han generado nuevas dinámicas de comunicación, en donde los ajustes de las demandas exteriores parecen ya estar bajo control, llega el nacimiento de un nuevo miembro de la familia, lo que conlleva a que nuevamente las funciones de la pareja se tengan que ajustar. Ahora, bajo la responsabilidad de ser padres, las pautas previamente establecidas deben incluir ahora la atención y alimento del nuevo miembro de la familia, pero sobre todo deben asumir la responsabilidad de generar en este nuevo ser; la confianza, la autonomía, la iniciativa, la industriocidad, la identidad, etc. Esto, para poder disfrutar cada uno de los momentos de la etapa del desarrollo, de acuerdo a la edad que estamos pasando.
Al paso de un tiempo, mismo que no se alcanza a identificar debido a todas las responsabilidades que enfrentamos como padres, nuestro hijo ya se encuentra en la etapa escolar y un nuevo miembro llega a la familia. Mientras tanto, la pareja sufre nuevamente cambios en su estructura, pero hasta este momento la fuerza y la productividad de los integrantes de la familia toman otra dimensión. Deben de enfrentar constantemente el desafío de cambios tanto de forma interna, es decir, dentro de la propia dinámica de interacción, como cambios externos, es decir, las exigencias de la familia de origen, los amigos, el trabajo y las pautas a seguir dentro de una comunidad determinada. Y al mismo tiempo como pilares de la familia, mantener la continuidad de las costumbres, los legados, apoyarse como pareja para lograr el obejtivo de que cada miembro adquiera las habilidades emocionales, sean autónomos, seleccionen y logren metas, cumplir con el rol de padres y adaptarse a una sociedad en transición.
La familia como unidad base en el desarrollo de cada uno de sus miembros, implica una tarea compleja que implica muchas de la veces el sentirse agotados, pero en otras tantas es muy gratificante y reconfortante en el momento que como individuo te desprendes de tus propias maneras de educar para integrar nuevas pautas como familia que serán depositadas en los hijos. Estos seres que nos cambian la vida al permitirnos expermientar emociones y sentimientos que son tan diferentes de acuerdo a la etapa del desarrollo por la cual pasan nuestros hijos. Los padres debemos estar siempre para nuestros hijos, acompañándolos y apoyándolos en cada una de las decisiones que les tocará vivir a lo largo de su vida, ¿Alguna vez te habías puesto a analizar todo lo que implica ser padres?