Escuela Sin Límites

Es para todo el Equipo del Colegio Excélsior, un gusto y un honor poder dar la bienvenida a cada uno de nuestros estudiantes y padres de familia, a este ciclo escolar 2021-2022. Como cada año, y en este ciclo escolar especialmente, hemos puesto en este regreso a clases: trabajo, dedicación, vocación, esfuerzo y el cariño necesario para que después de un año de estar trabajando desde casa, sea un ciclo escolar lleno de emoción y aprendizaje.
Por ello, queremos compartirles lo que para nosotros representa pertenecer a nuestra institución, una escuela sin límites.

Durante el ciclo anterior, y ahora, en el inicio de este, creemos firmemente que una escuela sin límites es la escuela conectada, ágil y flexible, que trasciende sus propios muros y también las limitaciones impuestas por la contingencia sanitaria: siempre está lista para pasar de un modelo totalmente presencial a otro totalmente a distancia y de ahí a uno híbrido o escalonado, sin que su operación se vea afectada.

La escuela sin límites entiende perfectamente la realidad en la que estamos viviendo y comprende las implicaciones y los tiempos, no solo de una pandemia, sino de toda la volatilidad e incertidumbre del mundo actual. Entiende que vivimos en épocas de cambios inmediatos, de un día para otro; es una máquina bien aceitada que toma las curvas y ajusta los cambios de velocidad al instante, conforme el entorno cambiante e impredecible se va manifestando en su campo de visibilidad.

La escuela sin límites cuenta, necesariamente, con un equipo de líderes bien informado y constantemente actualizado en tendencias educativas y tecnológicas, pero también políticas y sociales. Tales líderes protegen y guían a su comunidad educativa por caminos con variables complejas, pero no por ello imposibles de organizar, comprender y resolver.

La escuela sin límites también tiene una visión de empresa: esa visión en la que los directivos están atentos a lo que su comunidad de padres de familia necesita y pide. Sabe ser flexible y ajustar su oferta sin traicionar sus valores; siempre con la innovación en mente. Todo eso es la escuela sin límites en la dimensión operativa y organizacional del colegio.
No obstante, desde el punto de vista pedagógico, también se trata de un lugar en el cual el aprendizaje viaja en sentido horizontal entre todos los miembros de la comunidad educativa, sin importar las diferencias de edad y rango.

No hay muros geográficos, pero tampoco conceptuales. El estudiante aprende del docente y de sus compañeros, sin importar que sean de otros grados. Pero el docente también aprende de sus estudiantes. Y lo mismo sucede con los padres de familia que deciden involucrarse en el proceso.

En este sentido, la escuela sin límites es también una escuela transversal, es decir, esa que derriba barreras entre asignaturas e idiomas por medio de contenidos disruptivos que conectan el aprendizaje con la vida real. Y si la vida real les arroja una pandemia, los miembros del Colegio Excélsior aprenden de la crisis todo lo que pueden y lo ponen en práctica, generan soluciones y salen del problema con un entendimiento renovado y valioso. La escuela sin límites no se limita al aprendizaje académico establecido en los programas oficiales de estudio; ese es otro de los muros que trasciende.

Pertenecer a Colegio Excélsior, implica romper los conceptos limitados de lo que significa ser una persona valiosa para la sociedad. Una persona no vale únicamente lo que el mercado está dispuesto a pagar por su trabajo. Una persona vale por lo que es intrínsecamente y por lo que aporta a los demás, aun cuando eso que aporta no tenga valor monetario en absoluto.

La escuela sin límites comprende todo esto muy bien y pone mucho empeño en formar personas con valores profundamente humanos, que cultiven la dignidad propia y de los demás, la solidaridad y el compañerismo, el respeto a la diversidad social y de pensamiento, así como el amor a la naturaleza. Aspectos que parecerían no ser propios del ámbito académico, pero que están en la médula misma de esa institución renovada, ágil, dinámica y profundamente necesaria en estos tiempos: Colegio Excélsior.

Por último, la escuela sin límites aprende de otras escuelas y de sistemas educativos extranjeros que afrontan los problemas de manera creativa y eficiente; genera vínculos sólidos de amistad y camaradería con otras instituciones educativas, porque hay un reconocimiento solidario de la dicha y el privilegio que representa tener la oportunidad de dedicar la vida a formar personas, niños y jóvenes, seres humanos de carne y hueso que por medio de sus ideas y acciones darán forma al rostro del mundo en la siguiente generación.

La escuela sin límites es, en suma, emblema y baluarte de las formas en las que aprendemos los humanos de este mundo siempre nuevo que no deja de transformarse ¡Bienvenidos al Colegio Excélsior, una escuela sin límites!